Ayer Wikileaks denunció un ciberataque contra su página web. En efecto, la página estaba caída y no se podía acceder a ella. Hasta ese momento ya se había esparcido el rumor de que la nueva filtración de Wikileaks sería dentro de unas horas, pero aun no se tenía nada de nada.

Bastó que Wikileaks alertara en su cuenta de Twitter sobre este ataque a sus servidores para que New York Times, The Guardian, El País y Der Spiegiel coordinaran y aceleraran la publicación de los archivos. El rumor de que el Pentágono o alguna empresa más grande estuviese detrás de este ataque de DDoS creció y ya a la hora todos los medios más importantes del mundo se habían adelantando a la publicación.

El ciberataque DDoS es el más usual y eficaz. Consiste en saturar el servidor de la víctima hasta que ya no pueda seguir entregando información. Este tipo de ataque fue supuestamente perpretrado ayer por el hacker Jester (o th3j35t3r), un autodenominado activista blanco (hacktivist for good) que explicó a través de un tweet sus razones para atacar la página de Wikileaks.

Twitteó: "Por poner en riesgo la vida de nuestras tropas y las relaciones exteriores #wikileaks #fail".

En su propia cuenta de Twitter, Jester se autodemina un "hacktivista que busca obstruir las vías de comunicación para terroristas, simpatizantes, fijadores, facilitadores, regímenes opresivos y otros chicos malos en general".

Si bien Jester se ha proclamado el autor de este ciberataque a Wikileaks, algunos medios todavía se muestran reticentes a aceptar un ataque individual. Todavía se cree que este ataque de DDoS habría sido ejecutado en realidad por una empresa o conjunto de hackers.